jueves, 24 de abril de 2014

LA DAGA DE ANFIELD


Si hubo un futbolista la temporada anterior en el equipo de Brendan Rodgers que pese a la tormenta nunca bajó los brazos por pelear a estar siempre en el once inicial cada fin de semana y que lo daba todo por jugar y ganar como el resto de sus compañeros, ése era Stewart Downing. Pese a que tuvo un costoso inicio de temporada (debutó el 13 de agosto de 2011 contra el Sunderland) cuando aterrizó a Anfield (en el mes de julio de 2011 procedente del Aston Villa) de la mano de Kenny Dalglish, fue en su tercera temporada cuando volvió a demostrar lo buen e importante jugador que era para el Liverpool jugando como extremo (ambas bandas) o incluso de defensa lateral izquierdo si hacía falta para echar una mano cuando José Enrique no estaba disponible por lesión u otra razón. Después de Berger, Kewell y Riera, Downing era una gran esperanza para la afición liverpudlian para intentar hacer olvidar esos nombres que tantas alegrías han dado recorriendo la banda un partido tras otro. Downing siempre estaba ahí pegado a la línea de cal para poner un centro al compañero más próximo que estaba en el área rival para rematar a portería y hacía esas diagonales que tanto gustaban sorteando rivales. Él quiso con todas sus fuerzas triunfar en el Liverpool Football Club, pero al final no lo consiguió.

Stewart Downing llegó a Anfield para ocupar el puesto de extremo y acompañar a jugadores como Andy Carroll (ahora juega en el West Ham United después de ser traspasado finalmente) y Luis Suárez en la zona de ataque cada fin de semana. Han pasado por el equipo muchos jugadores que actuaban de extremos (Mark G., El Zhar, Pennant, Jovanovic, etc.) o que no lo han sido, pero han tenido que jugar ahí por determinadas circunstancias, como por ejemplo el holandés Dirk Kuyt. Después de tanto tiempo buscando un jugador ideal para ese puesto y que no diera tantos quebraderos de cabeza, el equipo “Red” se fijó por aquél entonces en un jugador de pierna izquierda con un buen guante en sus botas y no era otro que Stewart Downing. A ver quién dice “no” a los Reds y más un futbolista como es él y a quien le gusta los retos, el compromiso y las ganas de triunfar en un club grande. Desde que fichara por el equipo del ex-entrenador Dalglish, siempre se puso las pilas para demostrar que su fichaje era un acierto. Su primera temporada en el Liverpool fue algo irregular para Downing, le costó mucho adaptarse en el equipo y ya se empezaba a cuestionar su rendimiento en los terrenos de juego. Mucha gente pensaba que con él, jugadores como Carroll por aquél entonces se inflaría a marcar muchos goles por sus pases de gol desde la banda o que casi siempre se iría del defensor con un buen regate dentro o fuera del área hasta hacer una buena jugada de peligro. Algunas veces tenía sus destellos con el balón, pero otras muchas veces no. ¿Falta de confianza del jugador o en realidad era una vez más un mal acierto del equipo en ficharle como pasó con otros jugadores para ese puesto? La primera opción cada vez más cobraba más fuerza y gracias a una persona, Downing se “transformó” rápidamente a mejor después de tanto tiempo. Un nuevo Downing se avecinaba casi dos temporadas después. Él nunca bajaba los brazos cuando había tormenta, insistía en los terrenos de juego que era un jugador importante, pero necesitaba algo o a alguien para sacar lo mejor de él. 2013 era su reivindicación.

Brendan Rodgers fue clave para la reivindicación de Stewart Downing. También empezó mal la temporada 2012/2013 con el entrenador norirlandés, pero después de varias charlas entre entrenador y jugador, fue cuando ya se empezó a ver de Downing su mejor nivel y ver a la afición contenta por su buen progreso. Con el nuevo esquema de juego en el equipo de Rodgers, Downing jugaba a banda cambiada con su pierna izquierda haciendo diagonales y sorteando rivales hasta tirar a puerta más veces de cómo estaba acostumbrado a hacer antes. Quizás un cambio de sistema, una nueva forma de jugar diferente a como lo hacía antes u otra mentalidad, hizo que Downing por fin jugara muy bien desde entonces hasta su salida definitiva del club. Brendan Rodgers “resucitó” a Downing y demostrando a todos, como el propio jugador también pensaba, que era alguien importante para el equipo y que lo mejor estaba por llegar. Desde que el ex-jugador del Aston Villa y Middlesbrough fichara por el Liverpool, siempre pensó en triunfar ahí costara lo que costara. Al final, tarde o temprano, llegaron las recompensas por tanto esfuerzo. Y una de esas recompensas fue en 2012 cuando conquistó en Wembley la Carling Cup, la Copa de la Liga inglesa.

Downing, ahora jugador del West Ham United, ya sabe lo que significa jugar en el Liverpool Football Club, el equipo más laureado en la historia del fútbol inglés. Nadie dijo que fuera fácil jugar en el equipo de Anfield. Para jugar ahí, hay que darlo todo siempre por esa camiseta cueste lo que cueste, porque al final ese escudo tiene algo mágico y preparado para aquél jugador que nunca baja los brazos por intentar triunfar en el equipo y ganarlo todo. Downing pudo irse a Upton Park con una sonrisa. Él hizo todo lo que pudo para triunfar con la camiseta roja y la afición de Anfield siempre estará agradecida. Para mí, Stewart Downing (nacido en Middlesbrough, Inglaterra, el 22 de julio de 1984) era como una daga cuando le veía jugar en el Liverpool, tenía un remate agudo, era más largo que un puñal y más corto que una espada. Tenía un doble filo en su pierna izquierda, una gran determinación y mucho coraje. Jugó un total de 91 partidos, hizo 7 goles y ganó una Copa de la Liga. Nunca caminará solo.

lunes, 14 de abril de 2014

LAS LÁGRIMAS DE STEVEN GERRARD


Steven Gerrard estuvo a punto de abandonar el Liverpool Football Club para fichar por el Chelsea en el verano de 2005, pero la voz de su padre estremeció en su conciencia. Dicen que su padre es el mayor fiel de su carrera deportiva desde que ingresó en el fútbol base del club a los ocho años. El actual capitán los Reds procede de un barrio humilde del norte de la capital de Merseyside llamado Huyton. Gerrard no sólo representa el espíritu del Liverpool Football Club por su carácter aguerrido sobre el terreno de juego, también lo es por sus fuertes vínculos a la comunidad local de clase trabajadora. Y, sobre todo, por su lealtad a un mismo equipo a pesar de haber recibido ofertas con mayores honorarios y más probabilidades de ganar trofeos. De hecho, el Chelsea del conocido Abramovich llamó a su puerta dos veces. La primera, en verano de 2004, después de la llegada de Rafael Benítez. Esa temporada acabó ganando la Liga de Campeones, pero se sintió decepcionado con los Reds porque no le ofrecieron la renovación casi automática después aquella noche épica en Estambul según contó el propio futbolista en su autobiografía. Según cuenta además Begoña Pérez en su sección de El Mundo, “el Liverpool se hizo de rogar y ese compás de espera se transformó en una crisis existencial que derivó en un transfer request y el enfado de hinchas que quemaron su camiseta ante las cámaras de televisión. No había marcha atrás hasta que su familia, especialmente su padre, le inspiraron de nuevo ese sentimiento de pertenencia a una sola camiseta”. El otro día, todo Anfield volvió a recordar a Steven Gerrard por qué el Liverpool Football Club es único a la hora de abrumar el alma del aficionado con tantas emociones. El pasado fin de semana en Inglaterra ha servido como homenaje a las noventa y seis víctimas de Hillsborough, entre las que se encontraba Jon-Paul Gilhooley, primo mayor de Steven Gerrard. Este próximo martes se cumplirán 25 años de aquélla tragedia. Según cuenta Steven Gerrard, él juega al fútbol por Jon-Paul. Ojalá pueda dedicarle dentro de cuatro semanas el título de Premier que lleva persiguiendo desde hace mucho tiempo. El Liverpool puede celebrar su primera Barclays Premier League en más de 20 años y Steven Gerrard va a entregar hasta el último esfuerzo para conseguirlo. Recordemos que el Liverpool depende ahora de sí mismo para ganar la actual Barclays Premier League. Sería la primera desde el cambio de formato. Steven Gerrard ha levantado la Copa de Europa y ha sido más de 100 veces internacional con su Selección, pero nunca se le ha visto tan expuesto emocionalmente como sucedió ayer. Su imagen resume el valor de una tarde que puede terminar siendo histórica.


Steven Gerrard a sus compañeros: “Escuchad, esto (L`pool vs. ManCity) se ha acabado. Ahora vamos a Norwich y hacemos exactamente lo mismo. ¡Vamos juntos!”

sábado, 12 de abril de 2014

TRAGEDIA DE HILLSBOROUGH


Todo comenzó el 15 de abril de 1989 en una semifinal de Copa entre el Liverpool Football Club y el Nottingham Forest F.C. en el estadio de Hillsborough, del equipo Sheffield Wednesday F.C. Noventa y seis hinchas del Liverpool F.C. murieron aplastados contra una valla como consecuencia del exceso de aforo en uno de los fondos. La policía culpa a los aficionados del Liverpool F.C. de haber forzado una puerta de acceso y además dicen que no tenían entradas y estaban borrachos. Pero, cuatro meses después de la tragedia, un informe reconoce que la culpa fue de la policía y sin embargo, nadie es procesado por ello. El informe pasa por alto muchos detalles como por ejemplo la falta de atención recibida por gente que murió pero que pudo ser salvada. De acuerdo con el informe, el partido empezó a las 3:00 pm y a las 3:15 pm, todos los afectados habían fallecido. Eso es mentira. El Gobierno de Thatcher archivó las pruebas y dio por cerrado el caso. Las familias de los aficionados no fueron indemnizadas y ni siquiera recibieron una disculpa.

Bruce Grobbelaar, ex-portero del Liverpool F.C., fue uno de los primeros jugadores de campo durante el partido en darse cuenta del devastador desenlace: “Estaba bajo la portería y vi a gente con sus caras aplastadas contra la valla y pidiéndome ayuda. ¿Bruce, puedes hacer algo? No podemos respirar. Entonces hablé con una mujer policía y me dijo que no abriría la valla hasta que su superior no le diese la orden”. La valla cedió, los muertos se fueron agolpando en el área del portero sudafricano, y ante la falta de servicios médicos, fueron los propios aficionados del Liverpool F.C. quienes trataron de socorrer a sus compañeros. La tragedia de Hillsborough fue causada por la policía y las condiciones del estadio, es decir, por la Federación Inglesa de fútbol. Los aficionados del Liverpool F.C. no fueron vándalos la tarde de Hillsborough. Fueron héroes y salvaron vidas.

Veintitrés años más tarde, sobre las 12:30h de la mañana del 12 de septiembre del 2012, en la Cámara de los Comunes, el Primer Ministro David Cameron realizaba un comunicado acerca de la publicación del Informe sobre la tragedia de Hillsborough:  En nombre de nuestro país y de este Gobierno, lo siento profundamente. Hoy el informe está redactado en papel. Los supporters del Liverpool F.C. no fueron los culpables de la tragedia. Las familias jamás conocieron la verdad y nunca recibieron justicia”. Dichas palabras mencionadas era parte de un texto que contenía 450.000 páginas y del que se ha estado siendo examinando durante los últimos 18 meses. Dicho informe, David Cameron lo había dividido en tres grandes áreas: los fracasos de las autoridades, el intento de culpar a los supporters y poner en duda investigación original. La VERDAD por fin vio la luz. Se ha dado un paso admitiendo lo que no querían admitir. Las familias afectadas han visto luz verde para denunciar y reclamar justicia. Está muy bien pedir perdón y reconocer la verdad, pero los culpables deben rendir cuentas, seguramente a responsables de la policía de South Yorkshire y del gobierno de Thatcher por ocultar pruebas. La verdad la conocían todos y hoy simplemente se les han dado la razón. Los que se fueron no volverán. Los que quedaron conocen la verdad. Los culpables han de pagar. Si hay alguien que desde entonces existe un consuelo y una satisfacción máxima, sin duda son las familias de las noventa y seis víctimas del desastre de Hillsborough. Tras más de veinte años de la traumática y trágica pérdida de sus seres queridos, sin haber visto como las víctimas eran acusadas como verdaderos delincuentes, de ver como negadas sus continuas peticiones de la revisión de los hechos, finalmente las familias han visto satisfechos unos esfuerzos inconmensurables por ver restablecida la verdad y el nombre de sus seres queridos absolutamente limpios de cualquier blasfemia. Pero el reconocimiento no es suficiente y las familias no se van a quedar paradas y seguirán reclamando responsabilidades y justicia para los culpables.

sábado, 5 de abril de 2014

EL ZURRIAGAZO DE LUIS GARCÍA


Miércoles 5 de abril de 2005. Recuerdo esta fecha como la noche en la que el futbolista español Luis García brilló en Anfield enfrentándose al Juventus de Turín en el partido de ida de cuartos de final de Liga de Campeones, desviando de cabeza un balón al primer palo en el minuto 10 de partido que llegó a los pies de Hyypiä para que éste empujara el balón al fondo de las redes. Luego, quince minutos más tarde, lograría hacer el segundo gol del partido para los suyos con una magnífica volea que batió por alto al mismísimo Gianluigi Buffon. No tardó el equipo italiano en reaccionar. Era demasiado bonito para los Reds ser verdad lo que estaban haciendo ante un equipo de tal calibre como es el equipo bianconero con grandes jugadores como Del Piero, Ibrahimovic, Trezeguet, Nedved, Emerson, Cannavaro, Buffon y compañía. Muchos apostaban por una victoria del equipo de Fabio Capello, pero al final, el Liverpool de Benítez se llevó la victoria. Recuerdo también de aquél partido, aparte del zurriagazo de Luis García a uno de los mejores porteros del mundo y en el mejor estadio de fútbol del mundo, que el entrenador español Rafael Benítez sorprendió a todos en la alineación del Liverpool dejando a Jerzy Dudek en el banquillo y dar la titularidad en la portería a un chaval de la selección inglesa sub-21 como era Scott Carson. No hizo mal partido, pero al final cometió un error que hizo dar vida a los italianos para el partido de vuelta porque no pudo atajar un remate de cabeza del defensor italiano Cannavaro en el minuto 65. 

Aquél Liverpool de hace 9 años era considerado para muchos periódicos ingleses como el “Improbable” de la Liga de Campeones. Las posibilidades de vencer el Liverpool a un gran Juventus que sólo había encajado dos goles en ocho partidos europeos parecían todavía más escasas, sobre todo si se echaba un vistazo a la alineación, dado que varios jugadores no superaban los 20 años de edad y carecían de experiencia a nivel europeo. Y aún así, los chicos de Rafael Benítez vencieron la eliminatoria. Los improbables, como dirían los periódicos ingleses, querían seguir dando mucha guerra. Recordemos que las apariciones de ambos equipos ofrecieron un momento cargado de mucha emoción en recuerdo de aquél trágico suceso de hace 29 años, además de recordar también un tiempo en el que el Liverpool dominaba el fútbol europeo, llegando entonces a Heysel como el vigente campeón europeo, aunque dos décadas después, los Reds afrontaran el partido de ida de cuartos de final de la Liga de Campeones con la etiqueta de víctima. En fin, gran gol aquél de Luis García que hizo temblar los aledaños de Anfield y los televisores de los aficionados que veíamos el partido, a la vez que gritábamos de emoción y cantábamos el gol con el famoso “He drinks Sangría”. También volveríamos a cantar la misma canción más adelante. Mismo escenario y mismo acontecimiento para acceder a la gran final de Estambul. Sin duda, Luis García fue un gran héroe para el Liverpool en aquéllas inolvidables y mágicas noches de Liga de Campeones en la temporada 2004/2005. Y también en la Premier, cómo no. Nunca caminará solo.


FICHA DEL PARTIDO:

05 de abril de 2005 (LIVERPOOL 2-1 JUVENTUS).

-LIVERPOOL: Carson, Finnan, Carragher, Hyypia, Traore, Biscan, Riise, Gerrard, Luis García, Baros (Núñez, min. 66), Le Tallec (Smicer, min. 73).

-JUVENTUS: Buffon, Cannavaro, Thuram, Zambrotta, Zebina (Montero, min.81), Emerson, Blasi (Pessotto, min. 46), Camoranesi, Nedved, Del Piero (Trezeguet, min.61), Ibrahimovic.


GOLES: Hyypiä (min. 10), Luis García (min. 25) y Cannavaro (min. 63).


ÁRBITRO: Frank De Bleeckere (BEL).


ESTADIO: Anfield.